martes, 17 de marzo de 2009

Rodeos porque sí

Hace cinco meses que tenemos coche, nuestro primer coche propio, porque hasta el momento habíamos pasado con el citronito (un AX blanco muy apañao), y aunque en los últimos años ya era de mi hermano se lo íbamos pidiendo prestado. Finalmente decidimos que el "podemos pasar sin coche perfectamente" era cada vez más sustitudo por el "a ver si tu hermano no lo necesita este fin de semana". Y es que una se va volviendo cómoda :P Además, Citronito dijo basta hace cosa de un mes y pico... aaayyy tantos añicos juntos y el pobre dijo que se acabó.

Mi padre nos hizo de gestor, emocionadísimo con la idea de que su hija por fin se comprase un coche (no comprendo por qué a mis padres les hace tanta ilusión). Y nos consiguió el seguro a todo riesgo más barato posible y un párking al lado de casa. Se podría ganar la vida con esto. Vivimos en una zona de difícil aparcamiento, así que invertir mensualmente en un párking alquilado es una gran inversión: nos pasaríamos horas aparcando.

Cuando vimos el párking pensamos que era casi el mejor... porque tenemos uno justo enfrente de casa... pero dar media vuelta a la manzana de enfrente tampoco está nada mal, de hecho es un lujo y la zona es complicada.

El otro día llego del trabajo y aparco, corre que te corre para pillar los apuntes e irme a inglés pitando. Y en la plaza de enfrente se baja del coche un señor... que me suena... pues será un vecino... cinco años en el edificio y no los tengo controlados todavía... "bona tarda"... y salgo a la calle con todas mis prisas. Llego a mi portal atabalada... y de frente viene un vecino muy parecido al anterior.

Le miro extrañada y me dice "hola de nuevo"... a ver, ¿por dónde ha salido este señor? Porque lo tenía enfrente de mi plaza, yo he salido corriendo y él llega como yo y por otro camino... ay ay ay... Le pregunto cómo lo ha hecho (una es un poco cándida) y me dice que obviamente ha salido por la puerta de peatones... ¿qué puerta? ¡Pues esa! Y me señala la puerta de enfrente, la que tengo a escasos 5 metros de casa, en lugar de la otra de peatones que tenemos como a unos 50 metros.

¡¡¡CINCO MESES HACIENDO EL PARDILLO!!!
Cuando se lo enseñé a mi marido sin decirle nada... ¡qué cara de pasmo! Y al cabo de dos días nos encontramos los dos al vecino que todo salao nos dice "¿qué? ¿ya habéis parado de dar paseítos?"

Pues sí, y lo mejor de todo es que ambos sabemos que de no ser por él habríamos estado años sin enterarnos.

1 comentario:

patxi1980 dijo...

Me alegro qu vuelvas a esto de publicar cosillas en el blog, se nota que te convenci en el GlobalGeo.
Sobre los coches y los parkings, no puedo hablar pq no tengo coche, pero la gnte siempre acaba dando muchasssss vueltas.