sábado, 22 de marzo de 2008

Con la Iglesia hemos topado

Ya he comentado mi condición de celíaca desde muy temprana edad. Primero mis padres, y más tarde yo y mi hermano junto con ellos, hemos tenido que vivir situaciones lamentables respecto a nuestra condición de celíacos. Pero son cosas con las que aprendes a vivir y lo positivo es que nos han hecho mucho más tolerantes y comprensivos con las situaciones de otras personas.

El tema de la primera comunión es el cénit de estas situaciones lamentables. Últimamente ha habido polémica sobre la comunión con o sin gluten, ya que las hostias sin gluten se consideraron no válidas para el sacramento. Varios blogs se han hecho eco de la noticia, pero he pensado que es mejor soltar mi vivencia en mi blog, quedarme a gusto y "zanjar" el asunto (al menos interiormente).

Yo hice la comunión muy tarde, con casi 10 años, cuando los niños de mi clase la habían hecho con 8 o incluso 7 años. Mis padres no son católicos practicantes, aunque yo iba a misa los domingos con mi tía abuela. Supongo que pedí hacer la comunión tarde y motivada por imitar a mis compañeros de clase (aparte del vestido largo, ya se sabe). Hice la catequesis y un 23 de junio, víspera de Sant Joan, hice mi primera comunión. Mi madre me dijo que el cura ya sabía qué hostia debía darme, y que no me preocupase.

Lo que no supe hasta bastantes años después es que mi madre había hablado con el cura para explicarle mi celiaquía y qué opciones había para que yo comulgase con una hostia sin gluten. Y el cura le respondio que "el cuerpo de Cristo no le puede hacer daño a nadie". Esa frase se me ha quedado grabada a fuego en la memoria, porque resulta que sí, que a mi, una niña de 9 años, le hacía daño el trigo con el que se fabrica la hostia. Y que a pesar de la transubstanciación del pan en el cuerpo de Cristo, esa hostia se puede seguir analizando químicamente y sigue teniendo gluten. Supongo que ese cura era lo suficientemente inepto y arrogante como para no ver el problema, y considero que por su profesión no se puede permitir ninguno de esos dos defectos.

Desde aquella frase mi poca fe en la institución de la iglesia católica se esfumó. Y me siento como si me hubieran echado porque aquel cura, con esas pocas palabras, dijo que yo estaba excluida de la iglesia. Años después mi hermano pasó el mismo trámite, y los dos hemos dicho que de haberlo sabido en su momento, no lo habríamos hecho. ¿Para qué comulgar en una institución que no te considera válido para pertenecer a ella? No sólo eso, sino que conociendo el problema, su única solución es decir que una hostia sin gluten no puede consagrarse. (!)

Han pasado más de 20 años y las hostias sin gluten siguen generando polémica. Ahora resulta que en Alemania ya se podía comulgar con hostias por debajo de 10 ppm (partes por millón) consideradas aptas para celíacos. ¡Sólo debían preguntar dentro de su propia organización! ¡Sólo eso! Pero hacen gala de su arrogancia negando primero, y cuando se genera polémica se pregunta. Prefieren excluir antes de pensar e integrar. ¿Creen que Jesús tendría esta actitud?

Buscando más información sobre el tema, leí una entrevista hecha a un cura celíaco diagnosticado en su etapa adulta, cuando ya ejercía como cura. Hasta hace poco el diagnóstico de la celiaquía era prácticamente exclusivo de la edad infantil, pero los avances en las pruebas de detección han permitido detectar a muchos celíacos latentes en edad adulta. Y un cura tiene que comulgar todos los días. ¿Deja de ser un cura apto por su condición de celíaco? Nada como tener el problema dentro para dignarse a estudiar una solución.

5 comentarios:

famalap dijo...

Sé que la decisión que hemos tomado de que tanto mi hijo celíaco como la no celíaca no hagan la comunión, nos lo agradecerán y entenderán en unos años...Ahora andamos "sufriendo" los "peros" de mi hija, que el año que viene le tocaba vestirse de blanco... Ya le hemos prometido FIESTA, pero en Eurodisney...
El que no nos quiera, eso que se pierden, pero nuestra salud por encima de todo

Anónimo dijo...

Es indignante. No soy creyente, de hecho soy agnóstica, pero con situaciones como esta crece mi indignación hacia la religión católica y sus "representantes". Cada vez tienen menos "clientes", pero con actitudes como estas (y otras que "ahora no tocan" como anticoncepción, homosexualidad, etc...) no entiendo cómo aún les "queda alguno".
Francina

eleleo dijo...

¿su única solución es decir que una hostia sin gluten no puede consagrarse? ¿En que parte de la biblia pone los ingredientes que debe llevar una hostia consagrada? No estoy muy puesta en el tema, pero si no me equivoco esto de la hostia y la transustanciación viene de las palabras de Cristo en la última cena "Tomad y comed, esto es mi cuerpo. " Según explican en los textos, en ese momento el pan se convirtió en el cuerpo de cristo.
Pero, que yo sepa, solo se habla de pan (y no de su tipo ni de cuales son sus ingredientes). ¿En que momento se pasa de usar pan a decidir que se usará una hostia que debía ser de trigo?

Me parece que al final todo se trata de como se interpretan los textos y de las decisiones que toman unos pocos al respecto...

De todas maneras, supongo que si realmente eres creyente y crees en la transustación, deberás creer que la hostia se convierte en el cuerpo de cristo y que este no te puede hacer daño.
Entonces si te niegas a tomar la hostia porque te pueda hacer daño te pueden acusar de no ser un verdadero creyente.

Pero claro, si eres creyente y crees en el proceso de la transustanciación, no veo porque los ingredientes que pueda tener la hostia puedan afectar al proceso como para invalidarlo.
Entonces si te niegas a cambiar los ingredientes de la hostia te pueden acusar de no ser un verdadero creyente por no creer en el verdadero poder de la transustanciación.

Esta claro que la cosa da para un debate...

Caminar sin gluten dijo...

¡Hola MariChucky!, perdona por no habernos pasado antes por tu blog, pero andamos bastante mal de tiempo.

Respecto a este tema, conoces de sobra nuestra opinión, ya que la Iglesia Católica, se ha olvidado continuamente de sus fieles celíacos, y si se acuerda, lo único que pretende es "envenenarlos" en pequeñas dosis.

Además, no es comprensible su postura se mire como se mire, ya que se podría hacer hostias con trigo sarraceno. Además el trigo de la "época de Cristo", tenía una extructura totalmente distinta a la de hoy en día.

De todas formas, nuestro hijo celíaco, por si mismo decidió no hacer la comunión al saber como le discriminaba la Iglesia Católica.

Saludos,

Ana y Víctor.

Anónimo dijo...

Hola, realmente estoy muy apenada de saber esto.
Estamos acostumbrados que la 1era comunión se realiza consumiendo la hostia consagrada (en algunos lugares se dan las dos especies: hostia consagrada y vino consagrado, es muy poquito vino consagrado lo que les dan).
Y como no pueden recibir el pan consagrado, les ruego que le pregunten al sacerdote si puede darles solamente el vino consagrado, es muy poquito lo que les darán...Les ruego que si el sacerdote les da permiso de recibirlo así, ustedes lo acepten. Se los ruego, quizas en toda su vida no sepan el bien que les hacen ustedes a su niño.
De verdad que es el cuerpo de Cristo y les aseguro que el bien que harán con esto es inestimable (para MARISA O famalap: cambiarlo por el viaje a eurodisney es muy triste y sus hijos no se lo agradecerán)
Estamos en junio 2009, quizás nunca lo lean. En este sacramento recibimos a Dios mismo, algún día lo sabrán. Tengan paciencia con nuestra Santa Iglesia, todos nos equivocamos una u otra vez. Saludos