viernes, 25 de enero de 2008

Lunch Box

Una persona celíaca ha de ir con el pan a cuestas, sobretodo cuando come fuera, y esto se da especialmente en vacaciones. Cada mañana me preparaba una bolsita con el pan del día, y la guardaba en mi mochila, procurando que no se chafase con el resto de cosas (el monedero, las gafas de sol, la crema solar, el móvil, los diversos mapas, ...) Era una tarea imposible, y al llegar la hora de comer el pan estaba hecho migajas.

Durante las vacaciones de verano entré en muchas tiendas "guays", de esas que tienen cosas curiosas. En una de ellas compré unos puntos de libro de plástico y al esperar para pagar me fijé en un cesto que había en el suelo que contenía un montón de cajas de plástico duro con forma de alubia. Fui a coger una y no entendí para qué era, pero me gustó. Decidí comprarla antes de saber qué uso iba a darle exactamente, y al pagarla vi que en la etiqueta del precio ponía "lunch box"... ¡Eureka! Iba a ser mi transporte para el pan :D La probé enseguida, y ¡era perfecta!


Tiene el tamaño perfecto para llevar un par de sandwiches (típica comida ligera inglesa). Yo suelo llevar seis rebanadas de pan de molde, suficiente para un día, pero caben hasta ocho. El tamaño es perfecto para llevar en un bolso de tamaño mediano o en una mochila. El cierre es una simple goma naranja, que cuando esté dada de sí se puede cambiar fácilmente por otra realizada de forma casera (basta con comprar tira elástica y coserla a la medida adecuada).

Durante el resto del viaje no tuve que preocuparme por si el monedero chafaba el pan, mi lunch box se encargaba de que no pasara. Mi felicidad por el hallazgo me duró el resto del viaje, y tan contenta me mostraba que eleleo lo plasmó en el siguiente dibujo :D


Sí, realmente estuve unos cuantos días así :D:D:D Cada vez que la sacaba decía "¿habeis visto mi nueva lunch box?". Estaba entusiasmada.

6 comentarios:

t. dijo...

Jajaja me ha hecho reir tu post.
Me recuerda como el ser humano se puede alegrar por cosas tan sencillas y como nos hacen disfrutar mas la vida.

Viva el lunch box!
p.d: dime, tu bolsa ya no huele a sandwich?

Anónimo dijo...

Sorprendería saber con qué cosas se ilusiona un celíaco, cosas que para los demás no tienen ningún misterio.
Algunos ejemplos: el primer día que comí spaguetti en un restaurante, cuando probé mi primer mantecado hace tan sólo dos navidades (y son mi perdición), el primer día que comí un donut,...

famalap dijo...

Menuda gran idea acabas de darme...es que es todo un suplicio el tema pan y bolso dónde guardarlo... Ahora después de casi 10 años, le va a llegar a mi hijo el pan en condiciones, je,je,

Y sí, lo bueno que tenéis los celíacos (y me imagino que todo aquel que tiene alguna carencia) es que sois muy agradecidos, que os alegráis por cosas que para los demás son insignificantes, pero para nosotros son casi-vitales...
Ahora me toca ir con ojo cada vez que entre en tiendas de ese tipo... Ya te contaré, je,je

Caminar sin gluten dijo...

¡Magnífico descubrimiento!, y como tu dices, los celíacos nos alegramos de pequeñas cosas que para el resto no tienen la mayor importancia.

Además como siempre tenemos que llevar el "pan a cuestas" este es un buen sistema.

Gracias por mostrarnolo y por tu aportación que desde este blog estas haciendo al colectivo celíaco.

Besotes,

Ana y Víctor.

Anónimo dijo...

La verdad es que compré mi lunch box fuera de España, pero estoy segura de que alguien debe comercializarla. Yo también sigo buscando otra para regalársela a mi hermano, si algún día la encuentro os doy los datos.

eleleo dijo...

Doy fe de la ilusión que le hizo a Marichucky encontrar su lunch box :)